“En nuestra obra Eva Perón cuenta, en carne propia, todo lo que le hicieron. Toma la palabra con la cual la nombraban y denostaban, para apropiarse de ella y resignificarla para así decirles: sí, yo soy, soy ‘La puta mejor embalsamada’ de la modernidad científica. Diciéndolo ella misma, los confrontaba y les devolvía la misma moneda”.

Así define para LA GACETA Julieta Daga la obra que trae con su elenco Cortocircuito desde Córdoba hoy, a las 19 y a las 21, a La Sodería (Juan Posse 1.141). La propuesta estuvo originalmente programada para la Fiesta Provincial de Teatro que tuvo lugar a fines de 2021, pero las amenazas públicas de sectores del peronismo impidieron que se presentase entonces.

- ¿Qué quieren contar con “La puta...”?

- La historia de un cuerpo de mujer que sufrió las vejaciones más cruentas que puede sufrir, prolegómeno de lo que le hicieron a los desaparecidos en dictadura. Su embalsamamiento y el periplo que tuvo un cuerpo tan amado como odiado, tan peligroso muerto como vivo. Queremos contar el horror de todo lo que le hizo un grupo de argentinos que representaba a gran parte de la población, porque hay mucho que no se sabía. Volcaron en ella el odio de clase (tanto la aristocracia como la clase media mal informada y manipulada, que aún hoy existe), y en mucho sentido por ser mujer. Y encima una mujer que gozaba y disfrutaba con lo que hacía y tenía el deseo y el amor en su boca, lo que estaba vedado. A ellas les tocaba el sufrimiento, el dedicarse a la casa, el sacrificio religioso.

- ¿Qué significa Eva para vos?

- Para mí, para mi familia y también para el elenco fue una mujer inteligente y poderosa, que luchaba contra la injusticia y los desposeídos, un ejemplo a seguir en fortaleza y en abrirse paso en la vida para llegar a donde quiso con sus ideas claras. Era el faro de mi familia y del elenco. Quien no ame a Evita, está loco; ella emancipaba cabezas y esta obra es un homenaje a ella. Un pueblo con poder es un pueblo que puede defenderse, reclamar y hay quienes no quieren que eso suceda.

- ¿Por qué elegiste la estética del bufón para esta puesta?

- Son los marginados dentro de la historia de la sociedad y del propio teatro; están en la corte, al lado del Rey, pero como fenómenos. No están a la altura de la gente cuerda. Representan al sector social para el cual ella gobernó, los desposeídos, los que no tienen beneficios, los excluídos, los descamisados. Cuando hablan, se arma lío. En la puesta juego burlescamente con una historia que es imposible de ser digerida si no está trabajada desde la burla, el humor, la ironía y el sarcasmo. La manera estética de trabajar la obra es también una decisión política, con su imaginario estético. El bufón provoca para que vean la obra y la charlemos luego.

- ¿Cómo se sienten a un año y medio de la censura sufrida en Tucumán?

- Tenemos muchas ganas de ir, nos sentimos en deuda con la gran mayoría de los tucumanos que sí querían que nosotros fuésemos y mostrásemos la obra. En todo este tiempo siempre estuvimos programando nuestro desembarco, creemos que es una revancha y que será una fiesta. Es una obra feminista que va más allá del peronismo. El prejuicio siempre está, cuesta que la gente cambie. El arte tiene el poder de resignificar todo, no se puede mirar con un solo ojo un hecho artístico ni juzgarlo por una palabra puesta en un lugar determinado. Evita se trataba a sí misma de ese modo y también a Juan Perón y a todos. Si quienes nos vetaron hubiesen visto el espectáculo, seguramente no lo hubiesen censurado. Pero las mentes cerradas están y estarán siempre.

EL ELENCO

RESPONSABLES DE LA PUESTA EN ESCENA

El grupo cordobés Cortocircuito está integrado para la puesta en escena de “La puta mejor embalsamada” por Mariana Mansilla, Laura Bringas, Nelson Balmaceda, Chino Castillo y Agustín Alesso, bajo la dirección de Julieta Daga. La obra fue escrita por el padre de la directora, David Metral, y el texto fue editado por el Instituto Nacional de Teatro. Daga tiene una larga relación con Tucumán, tanto como actriz (en unipersonales o como parte del dúo Las Pérez-Correa) como directora de otras obras que presentó. Incluso dirigió a la tucumana Ayelén Ormaechea, quien la invitó a España (donde está radicada) para hacer una gira con su última obra, “La Celestina” y dictar talleres.